Inma,
Termina un día agotador. Lo sabes. Pero me quedan quince minutos y
toneladas de ganas para seguir regalándote todo lo mejor que yo sea
capaz de tener. Por eso esta canción que sé que te gusta, además, resume
bastante bien lo que te quiero decir cuando termina el día en que
amanecí con tantas ganas de enviarte algo que te guste porque es tu
cumpleaños.
Mi orden, que me lo aguantas, y
mi desorden, que también. Mi norte y mi horizonte, del que tanto
hablamos últimamente. Mis filosofías y mis historias, que tan bien
conoces. Mi memoria donde eternamente serás protagonista. Mi amor. Mis
manos de pianista. Mis locuras. En fin, todo. Te lo regalo. Es tuyo.
Ya sabes, chiqui, que si un
día lloras, tienes mi alegría.
Bendito sea el 1 de octubre en
que viniste al mundo.
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